miércoles, 18 de marzo de 2009

LA OSCURIDAD

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En la puerta había una gorra negra, un abrigo gris, otro marrón y varios paraguas. De quién era todo aquello?. Entré lleno de curiosidad al salón en penumbra. Casi no se distinguían las figuras, muy juntas, hablando bajito en un susurro. Dejé la cartera y me fui acercando despacio. Nadie parecía darse cuenta de que había entrado. Estaban todos a tu alrededor y tu escuchabas en silencio, muy pálida.
Me fui a mi habitación. Todo estaba muy oscuro, y al acercarme a la cama fue cuando lo ví. Estaba tumbado muy quieto, con los ojos cerrados. Era mi cuerpo. Era yo.

Magritte